ENVIO A PARTIR DEL DIA 20 DE ENERO
Mi esperanza para cada joven estudiante de fotografía es que llegue un punto en el que la necesidad de hacer el trabajo anule el deseo de tener un buen desempeño en la escuela. Esto me sucedió en serio cuando estaba en la escuela de posgrado en 1984. Comparo este momento con un primer beso; sólo tienes una oportunidad y, con un poco de suerte, no la desperdicias.
Después del servicio conmemorativo de Garry Winogrand en marzo de ese año y de una extraña tormenta de nieve en la ciudad de Nueva York en ese cálido día de primavera, tomé el metro RR hasta Bay Ridge, Brooklyn, para visitar a mi maestro de secundaria, el artista Len Bellinger. Como de costumbre, tenía mi cámara 8X10 y sus soportes en una mochila, con el trípode colgando a un lado. Siendo una estudiante diligente, aproveché la oportunidad para fotografiar en mi alma mater, una escuela secundaria católica para niñas mayoritariamente italoamericana. Inmediatamente me invadió una oleada de reconocimiento y terror. Volví a hacer fotografías muchas veces durante los meses siguientes, sabiendo intuitivamente que había algo importante que desempacar. Sólo unos años antes, entre estos muros, había vivido mi vida de adolescente, una época de intensa alegría y dolor insondable. Sin dudarlo, ese día de primavera salté del acantilado. Estuve enamorado.
Este libro incluye la obra de Brooklyn, así como fotografías realizadas en aquella época en dos escuelas católicas para niñas de New Haven. Todo el trabajo se produce con una cámara de 8X10 y se imprime en platino, una práctica que todavía empleo. Es evidente la influencia de los fotógrafos cuyo trabajo estaba devorando, en particular August Sander y Diane Arbus. Las semillas de mis proyectos futuros están todas en este libro. Con las chicas católicas lancé un hábito de trabajo obsesivo de por vida que tal vez no le deseo a nadie que me importe. Mirando retrospectivamente estos cuarenta años, no creo que tuviera muchas opciones. Sigo muy agradecido a todos los que me han apoyado a lo largo de décadas, incluidas las increíbles chicas que generosamente ofrecieron su tiempo para ser fotografiadas en 1984.