En Drifting Stones, Paul Cupido amplía su meditación visual sobre la impermanencia, entrelazando imagen, memoria y emoción a través de la esquiva lente de Mu, el concepto filosófico japonés del vacío como espacio fértil. Las piedras en cuestión no son fijas ni pesadas, sino suspendidas en movimiento: símbolos de la transitoriedad, atrapados a la deriva, entre la gravedad y la liberación.
 
Las fotografías de Cupido en esta serie se perciben como susurros de otro mundo. No documentan, se disuelven. Bordes borrosos, enfoque suave, siluetas fugaces: cada fotograma es una pausa, un respiro, una invitación a entregarse al presente. Estas imágenes brillan con la comprensión de que nada perdura, y en esa misma verdad reside una belleza serena y dolorosa.
 
Amplificando este viaje meditativo se encuentra una banda sonora original del compositor electrónico Pawel Pruski. Conocido por sus paisajes sonoros ambientales inmersivos, Pruski fusiona síntesis modular, grabaciones de campo y patrones algorítmicos para crear mundos sonoros que se sienten a la vez científicos y profundamente humanos. Su música no acompaña las imágenes de Cupido; flota entre ellas, reflejando su lógica de deriva, azar y profundidad emocional.
 
Drifting Stones es más que un fotolibro. Es un diálogo sensorial entre dos artistas que comprenden la poesía de la desaparición. Un espacio donde el sonido se convierte en luz y la luz en silencio. No pide respuestas, sino atención.