On October 29, 2024, a flood fell on the province of Valencia, devastating villages and claiming the lives of hundreds of people.
 
Among the enormous material and emotional losses, one of the many was Ricardo Cases's library. A column of water entered the photographer's studio and emerged, taking with it the 800 books that, over the years, had contributed to his training in photography and life.
Cuando todo pasó, los ejemplares fueron recuperados dispersos por el barranco, empapados y llenos de barro. Esto le concedió la oportunidad de despedirse de los volúmenes que, al secarse, sus páginas se quedaron pegadas para siempre. Al hacerlo, descubrió que aquellas imágenes fundamentales y perdurables de los maestros de la fotografía, que había mirado tantas veces, habían quedado literalmente envueltas por el barro, obligadas repentinamente a hablar de otros asuntos más urgentes.

Al despegar las páginas, las fotografías se recombinaban en collages arbitrarios que gritaban un sentido desconocido. Todo aquel conocimiento y emoción consolidados en el archivo que creíamos saber, había sido borrado, como una venas sobre barro, huellas de lo que una vez fue.
A different function was imposed: that of an archaeology of emotions, where time, photography, and clay combined to create new meanings.
 
Documenting all of this was the photographer's reaction to loss: what died gave birth to something else.
 
Thus, those photographs of photographs gathered in this Catalogue are not only a testimony to an irreparable loss, but also to the reconstruction of the lost library. With the passage of time, the water that had dried the clay will remain the same. The new archive points to memory and oblivion; between the two lies the possibility that the certainties with which we live could disappear overnight.