"Mi trabajo es a la vez íntimo y autorreferencial.
 
Cada una de mis fotos es como mirar una página de mi diario. Tomo los autorretratos como una forma de conocerme, expresar mis ideas, sentimientos y pensamientos. También son una excusa para seguir jugando constantemente, como cuando era niño y me disfrazaba y hacía teatro frente al espejo de mi cuarto.
 
Incluso cuando no estoy allí, en el centro de la foto, cuando solo hay una composición con objetos vibrantes bañados por la luz del sol sobre la mesa, o una sombra misteriosa que se alarga para tocar una flor, o un pequeño gesto nocturno que se vuelve sensual y algo oscuro; esos momentos capturados son también yo tomando otras formas, dejándome llevar por un instante, jugando con los objetos, los colores y la luz incansablemente, como un ejercicio necesario, como una pequeña huella o rastro que dejo para encontrarme, como una visual brújula para no perderme en el camino a donde quiera que vaya".