Con tan solo 17 años, Mike Brodie se fue de casa con la esperanza de tomar un tren de carga hacia Jacksonville, Florida. Su primer viaje duró poco más de unos pocos días, pero fue el comienzo de un viaje que lo convertiría en uno de los fotógrafos más intuitivos de su generación.

Tras encontrar de forma fortuita una cámara Polaroid detrás de un asiento de coche en 2004, Brodie comenzó a producir un extenso documento de su viaje recorriendo los railes de la extensión de América del Norte, junto a una unida comunidad de jóvenes punks y vagabundos, en busca de una reveladora experiencia vital.

Esta nueva colección de polaroids magistralmente reproducidas fue realizada por Brodie mientras viajaba bajo el nombre de The Polaroid Kid.

Las 50 polaroids se presentan en un estuche de cartón gris serigrafiado a medida, sujeto con una banda elástica de gran espesor, un diseño inspirado en el espíritu punk que vivían las personas fotografiadas y los utilitarios vagones de tren en los que viajan.